lunes, 6 de abril de 2009

Cuando "La Feliz" fue "La Insólita"

1989. Apertura del campeonato del Turismo Competición 2000, en Mar del Plata. Luego de un 88 lleno de emociones, con la particular disputa entre el Renault Fuego de Juan María Traverso, a la postre campeón, y el VW de Guillermo Maldonado más la “guerra” declarada entre el de Ramallo y Osvaldo “Cocho” López, la categoría abre el nuevo ejercicio con grandes expectativas. “Yoyo” presentaba un prolijo VW Gacel, López ya no defendía a la marca francesa y esperaba por la confirmación de Sevel para comenzar a trabajar junto a su equipo en el Fiat Regatta, Silvio Oltra comenzaba la cuenta regresiva hacia el fin de su campaña con la Fuego, Ernesto Bessone y Mario Gayraud eran los solitarios defensores de Ford sobre los Sierra XR4, y el team campeón, el oficial del rombo, presentaba una novedad importante: el apoyo ya no era de fábrica, sino que venía del lado de los concesionarios de la marca. Los pilotos, Traverso y Miguel Angel Guerra. La mano derecha de Oreste Berta, Alberto Canapino. El director deportivo otro Alberto, Scarazzini. Las imabtibles cupés alistadas en Alta Gracia se mostraron igual de competitivas, ganando la clasificación el campeón vigente. Y luego de la exigencia sabatina, la sorpresa: el Gacel de Maldonado era retirado del parque cerrado, anunciándose su no participación en la carrera dominical. Ese hecho fue el principio de la historia de la única carrera del automovilismo argentino en la que todos los participantes fueron excluídos.
Alguien denunció al VW Gacel. Nunca se supo claramente quien, pero el dato sobre la condición antireglamentaria de las llantas del colorido auto vino de otra escuadra. El elemento respetaba las dimensiones estipuladas en las reglas, pero a la vez presentaba reformas en su perfil, destinadas a generar un labio anti-deriva mayor con el fin de desgastar en meno medida los neumáticos y a poder alojar un sistema de frenado más grande. Luis Strianesse, titular de la Comisión de Concesionarios VW, aceptó la falta. También Maldonado, piloto y demás preparador de la unidad. Por eso el sábado retiraron el auto, aceptando el error. Empero, el día domingo la situación se complicó: Strianese y Maldonado se presentaron en el autódromo junto a Norberto Bongiovanni, titular de Estilo Ruedas y responsable del diseño de las llantas. Este reconoció también la falla, pero se sorprendió por el hecho de que la carrera se llevara a cabo con normalidad, cuando había varios autos más que utilizaban sus productos y los mismos estaban construídos con la misma concepción. A partir de ahí, el caos total. Angel Polinelli, Comisario Deportivo, y Raúl Marielli, jefe técnico, tenían un grave problema. Si ellos mismos habían dictaminado que el Gacel no podía participar así el día anterior, lo mismo debían hacer con el resto de los vehículos que no se ajustaran al reglamento. Los jefes de equipo pretendieron que Marielli les prometiera que nada iba a suceder, pero el CT no se dobló ante las presiones y manifestó que la carrera podría ser anulada, o bien no entregar puntaje, dependiendo esto de las llantas de todos los autos. Polinelli, por su parte, dio el último aviso para que los TC2000 salieran a pista a cumplir con la prueba, y así fue. Traverso ganó en pista, seguido por Bessone y Oltra. El debut de las Fuego oficiales luego de la reestructuración del equipo no podía ser mejor. Paradójicamente, el día de la categoría iba a ser el peor de su historia. Marielli se llevó a la CDA una llanta de cada equipo. Junto con los elementos, viajó al edificio una nota al Dr Horacio Rivarola, presidente del ACA, solicitando la homologación de ese tipo de llanta. El pedido prosperó y se permitió ese perfil, pero la carrera de Mar del Plata quedó desierta. Todos los participantes fueron excluídos al encontrarse anomalías en la totalidad de las llantas, y ninguna presión o sugerencia prosperó. A diferencia del 88, tan espectacular como polémico en cuanto a la parte reglamentaria, con desclasificaciones y reclasificaciones, el 89 empezó mal, aunque con signos por parte de la CDA de recuperar el poder que debía hacer valer en cada carrera.
Dos datos más para enriquecer el relato: En 1988 había habido un antecedente similar con el auto de Pedro Vidal, que apareció calzado con llantas 15 para poder alojar los generosos frenos y fue excluído. Y en Diciembre del 87, la definición de campeonato más recordado de la historia de la categoría entre Bessone, Traverso y Oltra tuvo una clave basada en las llantas: quien sería campeón, Oltra, utilizó un diseño innovador provisto por Heriberto Pronello que consistía en una modificación del labio antideriva para que las cubiertas soportaran la exigencia. Mientras sus rivales destruyeron los neumáticos, Silvio ganó y dio la sorpresa. Ahí nació el problema que terminó escribiendo el capítulo más negro del TC2000, en la ciudad que ese dia no fue feliz para nadie.

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