Promediaba 1976 cuando el ambiente automovilístico argentino recibió una saludable noticia: Eugenio Breard, figura del Turismo Nacional de aquellos años, organizaría un equipo de competición para participar en pruebas europeas de Turismo Grupo 2. Para ese fin, el piloto había realizado un viaje anteriormente con el fin de analizar las distintas posibilidades, y así le dió forma a lo que en definitiva resultó una exitosa epopeya del team argento, que participó sobre dos Alfa Romeo Alfasud merced a la gestión de uruguayo Fernando Parrado, designado como encargado de relaciones públicas y piloto suplente. La idea original era correr con un Fiat 128 IAVA, al que debía mejorársele suspensiones y motor además del agregado de una caja de 5 velocidades, tareas éstas que estaba desarrollando Pedro Campo, ingeniero ya consagrado en el país merced a diferentes logros. Empero, Parrado tomó contacto con Carlo Chiti, responsable de la parte competición de Alfa Romeo (Carlos Reutemann posibilitó la conexión entre ambos) y ahí surgió la chance de correr con los dos Alfa. Chiti se tomó el suficiente tiempo para analizar antecedentes, y en ocasión del GP de Brasil de F1 confirmó el inicio de actividades de la Misión Internacional Argentina 43/70 Turismo Grupo 2 Europa. Los pilotos designados eran Juan Pablo Zampa, Eduardo Márquez, Jorge Serafini, Parrado y Breard, los autos eran dorados como el paquete de cigarillos que oficiaba de sponsor, las ilusiones enormes y sustentadas en contar con el apoyo de Autodelta, el brazo de Alfa Romeo dedicado a las carreras comandado por el experiente Chiti. Se decidió con buen tino dejar pasar la primera fecha, con el objetivo de llegar bien con los autos, por lo que el debut fue el 24 de Abril en Salzburgo. Chiti confirmó su buen ojo: Márquez-Serafini se llevaron su clase, iniciando la misión con un resonante éxito. Algunos días después, el 8 de mayo precisamente, en el circuito de Mugello repetían Márquez y Serafini, en tanto Breard-Zampa culminaban terceros. A esta altura, el equipo argentino ya era el parámetro de la división con sus dos autos, por lo que se presagiaba una temporada dominada en su totalidad por los Alfa dorados. Y en definitiva, eso sucedió: en Pergusa, Parrado-Márquez ganan (Serafini debió volver al país); posteriormente son segundos en Brno, donde la dupla restante abandona por segunda vez consecutiva generando interrogantes sobre su performance que comienzan a disipar en el mítico Nurburgring, donde vencen por primera vez (Macchi reemplaza a Márquez en el otro auto, que asi sufre la segunda variante) e inician una seguidilla impresionante conformada por las pistas de Zandvoort, Silverstone, Zolder y Jarama, alzándose en definitiva con el título luego de ser segundos en Estoril. Los argentinos llevaron a la casa italiana a los campeonatos de marcas y pilotos, doblegando nada menos que a BMW, VW y Ford; en tanto ellos ouparon los tres primeros puestos entre los conductores con el orden Zampa-Breard, Márquez y Parrado. Sin dudas, más allá de la gran demostración de los campeones luego de las 5 victorias seguidas, quedó la sensación que la lucha podría haber sido más cerrada de no mediar tantos cambios en la tripulación del otro Alfa, que fue variando de pilotos no pudiendo así afirmar una dupla y resignando varios puntos.
Como broche de oro, el alfasud fue exhibido en la muestra Exposauto, en el stand de la marca italiana y junto al Brabham-Alfa de F1 y el Alfa 33 SC12 de Sport. Un verdadero campañón, casi nunca mencionado ni recordado en secciones de efemérides y que tuvo un similar en 1992, cuando Carlos Menem Jr., Miguel Angel Guerra y Juan María Traverso “coparon” la clase 2 del Grupo N del Campeonato Italiano de Velocidad y Turismo con tres Lancia HF Integrale, siendo campeón Guerra luego de doblegar al ramallense en la última fecha. También empezaron en la segunda fecha, en Vallelunga, y con 1-2 a cargo de Guerra y Menem. Posteriormente se sucedieron los triunfos, y llegó el título del campeón 89 del TC2000 no sin antes tener que batallar con Constantino Bertuzzi y Traverso, los otros postulantes al cetro. Cuando el hijo del por entonces presidente debía ausentarse por tener que participar en el Rally, lo reemplazaba Pablo Peón, por entonces bicampeòn reciente de TN y valor en alza en el TC2000, lejos de pensar o pretender la presidencia de la categoría. También participó del proyecto Fernando Croceri, animador importante por aquellos años de la Fórmula 3 Sudamericana, aunque sin dudas la sensación fue el duelo que establecieron los dos argentinos, quienes en el TC2000 atravesaban su última época como coequipers en Renault luego de varios éxitos de ambos bajo el ala de Oreste Berta.
Volviendo a Breard, fue tal su satisfacción luego de lo sucedido en Europa que integró el Alfa Romeo al Turismo Nacional, estableciéndose un dominio de la marca que llegó a ser apabullante: Ernesto Bessone se coronó con el Alfasud en la Clase 2 en 1985, poniéndole así el broche de oro a su campaña; en tanto Breard, en equipo con Jorge Maggi, acapararon la Clase 3 en 1986 repartiéndose todos los triunfos con dos GTV2000 rojos alistados por Rafael Balestrini y que, literalmente, no tenían rivales. Debieron dirimir el título entre ellos, y para evitar roces y posibilitarle el triunfo a otro piloto y marca definieron el pleito una tarde en el autódromo de Buenos Aires, solo ellos dos. Maggi ganó el duelo, y en definitiva fue campeón.
Zampa, por su parte, se volcó al TC2000 en 1986 e hizo historia al debutar ganando en Bahía Blanca, sobre una Fuego revolucionaria. Todos escribieron páginas de gloria, pero pocos se acuerdan de su máximo logro, aquella corona en europa que la brillante campaña de Reutemann en F1 opacó totalmente, tal como sucedía con el automovilismo local.
miércoles, 11 de marzo de 2009
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