miércoles, 11 de marzo de 2009

Un pibe con talento

Alguien, seguramente, habrá deslizado la frase del título la tarde del 25 de Octubre de 1936, en Benito Juárez, luego de ver el accionar de un joven de 25 años oriundo de Balcarce, que derrochó habilidad sobre un Ford A más allá de su abandono. Siempre hay un primer paso, y es tan importante como el que lleva a la gloria máxima. Sin primer paso, no hay segundo ni hay historia. Juan Manuel Fangio había nacido el 24 de Junio de 1911 en Balcarce, y desde muy temprana edad supo de su pasión y ductilidad para guiar el auto familiar, el que tomaba 2por asalto” y conducía sin problemas a pesar de no tener las dimensiones físicas para hacerlo. Sin saberlo, esa travesura de la niñez estaba forjando una fuerte pasión, esa que fuera motor años después de tantos logros y reconocimiento a nivel mundial. Antes de eso, como se dijo antes, hubo un primer paso, no sin tener que sortear difíciles escollos. En una carrera cuadrera, que abundaban en la época, se registró el debut de Juan Manuel Fangio en el automovilismo, más allá de las picadas o desafíos “por el honor” que sabía disputar en el circuito “La Chata” de su Balcarce natal
Ocasional copiloto en los años 1928 y 29, Juan se decidió, en 1936, a probar suerte al volante en una competencia. No era una prueba oficial, pero significaba correr una carrera en serio después de esas confrontaciones informales. Debió pelear contra la oposición familiar, que no fue tibia ni mucho menos: Los Fangio tenían otros planes para el joven. Nada de carreras, ni aventuras. Pero el destino ya estaba escrito hacía rato, y nada ni nadie podría detenerlo.
Benito Juárez fue el lugar, un Ford A modelo 29 modificado el auto, un abandono por una biela fundida el resultado, y la gran satisfacción, haber liderado hasta el retiro. La familia ganó la pulseada un tiempo, y Fangio se mantuvo alejado de las carreras por casi tres años. Su llama, sagrada si las hubo, nunca se apagó, y en ese tiempo planificó varias veces lo que sería su retorno a las carreras. En 1939, otra vez con Ford, el “Chueco” corrió su primera carrera oficial con un modelo 34, finalizando 5º. El resto, es una suma de logros a nivel nacional primero en el TC, para después escribir la gran historia en el mundo y darle forma al mito, que como bien titula un libro dedicado a su memoria, fue ampliamente superado por el hombre.
Nadie podía imaginar que ese chico que ese día punteó en Benito Juarez llegaría a ser quien es. Pero, posiblemente, haya llamado la atención de todos los que estaban presentes ese día. Y más de uno lo habrá señalado como un pibe con talento. No se equivocó.

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