miércoles, 11 de marzo de 2009

La ópera póstuma

Febrero de 1986. Los dos campeonatos más importantes del país en lo que a automovilismo se refiere, Turismo Carretera y Turismo Competición 2000, comenzaban en la misma jornada, un cálido domingo 23 del mes señalado. El TC, aún con preponderancia “rutera” por aquellos años, inauguraba el escenario de Santa Teresita, que a través del tiempo se transformaría en un clasico de cada apertura anual de la categoría, y sería el que marcaría la despedida del TC de los caminos. El TC2000, la “vedette” de la época con popularidad creciente entre el público y pasos firmes en cuanto a consolidación deportiva, abría su año en el “Juan Manuel Fangio” de Balcarce. Luego de un año 85 de transición, con convivencia entre los viejos modelos, léase Ford Taunus, Renault 18 y VW 1500; junto a los autos de nueva generación (Ford Sierra, Renault Fuego) que conducían los mejores pilotos del país (Ruben Daray, campeón 85; Ernesto Bessone, primer ganador con la novel cupé de Renault; Juan María Traverso, Mario Gayraud, Silvio Oltra, Jorge Serafíni, Gerardo Del Campo y José Pontoriero, entre otros), a excepción de uno, sin dudas el más grande de aquellos años y en definitiva de la historia del automovilismo argentino: Luis Rubén Di Palma. El “Loco” de arrecifes seguía fiel a la marca que le había dado su único título, en 1983: VW. Los “milqui”, que eran minoría y ostentaban su última victoria más de un año atrás (Crocco en diciembre del 85), habían recibido algunas concesiones reglamentarias (suspensión independiente trasera, mejoras aerodinámicas notorias) con el fin de equiparar sus chances con las del resto, algo que hizo esperanzar al máximo a Di Palma, quien en la pretemporada veía con sobrado optimismo el nuevo torneo. Así, el ídolo llegó a Balcarce con su unidad, blanca y amarilla, número 9 en los laterales, aerodinámicamente reformada, agresiva a la vista...
El Volkswagen fue competitivo durante todo el fin de semana, aún habiéndose terminado de alistar en el mismo trazado. Mezclado entre los autos más nuevos, merced a la sapiencia de su guía se metió entre ellos en un decoroso séptimo lugar de partida. Desde allí, Luis apiló rivales con una superioridad notoria en carrera. Sin especular ni guardarse nada, algo que varios hubiesen hecho para defender esas ventajas reglamentarias otorgadas, Di Palma se llevó la prueba que significaría su última victoria en el TC2000. Luchó con Traverso de igual a igual, y se impuso sobre el Sierra de Alfredo Pisandelli por escasa diferencia, apenas 6/10 de segundo. ¿Tercero? Silvio Oltra, cuyo ídolo era el arrecifeño y ese día debutaba con Renault en la categoría luego de algunas participaciones con un “milqui” en temporadas anteriores
Ya en la segunda fecha, en General Roca, las “ayudas” al VW fueron quitadas...Claro, no era negocio para nadie que el ya vetusto auto les ganara con autoridad a las máquinas de moda, las que despertaban suspiros cuando circulaban por las calles del país...En definitiva, el llamado con cariño “taxi” pasó a ser “no nos puede ganar ese taxi”, ya sin tono risueño en la frase
Considerando que estaba siendo víctima de una injusticia, Di Palma fue a Roca con el auto tal cual como había vencido en Balcarce. Ganó los primeros entrenamientos del viernes participando “de prepo” en los mismos, lo que le significó ser excluído de la actividad por dos motivos: las mejoras ya no tenían validez reglamentaria para el modelo, y la misma balanza que había dictaminado en Balcarce que el VW estaba pasado de peso, en esta ocasión acusó que le faltaban varios kilos..¿Maniobra premeditada o realidad?...Esto derivó en una feroz pelea en Concordia, sede de la cuarta disputa, con Carlos Akel, preparador del Sierra de Daray campeón 1985, y uno de los responsables de guiar los destinos de la categoría...Un cóctel peligroso....Luis hizo fuertes declaraciones, y fue suspendido. La marca volvió a navegar en el fondo del lote de la mano de Enrique Torriani y Carlos Crocco, también abanderados de los “milqui” pero sin la capacidad técnica y conductiva del “abanderado”. El 1500 de Di Palma, además de haber sido su última herramienta triunfal en el TC2000, también ostenta un hecho muy particular: tuvo el trabajo de un chasista que, con el tiempo se convertiría en uno de los constructores “top” del país: Alberto Canapino. Di Palma lo presentaba como un “ingeniero de Arrecifes que está haciendo experiencia”, y la revista Corsa lo mencionaba como Calambino. Lo curioso era que este joven entusiasta, que luego sobresaldría en la construccion de autos y puesta a punto de los chasis, en aquel momento se encargó de desarrollar una nueva tapa de cilindros entubada, que dió excelente resultado.
Jun María Traverso fue el campeón 86, obteniendo así Renault su primera corona en la divisional. La marca del rombo iniciaba una etapa, algo diametralmente opuesto a lo que sucedía con el protagonista principal de este relato, quien sin saberlo cerraba otra. Muchos se preguntaron, al culminar el torneo, que hubiese sido del campeonato de haber estado Di Palma todo el año como en Balcarce. Y, curiosamente, la respuesta llegó en 1988...Esa temporada, Traverso repitió la corona, luchando contra un VW 1500..Guillermo Maldonado, múltiple campeón de la Fórmula 2 Codasur, desembarcó en el TC2000 en 1987, y un año después le discutió con fuerza la corona a Renault y Traverso, ganando 4 carreras y hasta batiendo al modelo Fuego en Rafaela, donde el producto del rombo sobresalía por motor y aerodinamia...La fábrica volvió a interesarse en la especialidad, a la que llegó con un hijo pródigo, Maldonado, y algunas condiciones puntuales que evidentemente se cumplieron en pos de que el de 9 de Julio sea protagonista con el pequeño vehículo
Sin apoyo de fábrica ni condiciones pautadas, solo con trabajo y aprovechando al máximo un reglamento, Di Palma ofreció su último gran acto en TC2000 en Febrero del 86 en Balcarce. Asombrando a extraños, si...Pero no a quienes lo conocían, que sabían bien hasta donde podía llegar Luis, un tipo sin techo alguno tanto conduciendo como creando. Un dato más: en esa calurosa jornada, el “Quíntuple” Juan Manuel Fangio estuvo presente en “La Barrosa”, comentando lo que sería el museo que llevaría su nombre. Luis lo homenajeó manejando como sabía hacerlo el más grande de todos los tiempos

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