Renault Fuego, VW Carat, Fiat Regatta y Ford Sierra eran los modelos habilitados, los mismos que animaban por aquellos años el TC2000. Gran problema, aunque al principio nadie pareció darle mucha importancia. En la víspera de la navidad del 92 Carlos Marchese presntó el reglamento, y rápidamente se pusieron en pista los primeros autos. La cupé Fuego “tester” de la ACTC, con Luis Delconte al volante, pasó muchas tardes en el autódromo de Buenos Aires ensayando, buscándole el límite y mejor rendimiento al turbo Larus, algo desconocido para los técnicos argentinos por el nulo uso de ese elemento en la historia del automovilismo autóctono. Para no ir al “choque” con el TC2000 se planteó que se admitirían autos fabricados desde 1980 en adelante, “comercializados a través de concesionarios”. La cilindrada, de 1900 a 2200 cm3, cuando el “dos litros” recibía modelos de 1,8 y 2,0 litros solamente. Había mucho por pulir, y poco tiempo: en Abril del 1992 estaba anunciada la primera carrera. Simultáneamente, el ingeniero Heriberto Pronello construía para Oscar Aventín un auto revolucionario, diferente a todos los que corrían en TC. Una estructura tubular, en la que la carrocería era independiente, se bajaba el centro de rolido, mejoraban las suspensiones, y no era necesario conseguir un casco de Chevy, Falcon, Dodge o Torino para “hacerlo” TC. Marchese vió el auto, y no permitió que corriera de la mano de Aventín. Sin embargo, José Luis Fernández participaba en TC con un auto hecho por Pronello y con esa concepción, que asombraba a todos por su altura y aspecto. En pista no llamaba la atención, y por eso podía correr sin problemas, y a partir de que Marchese “descubrió” esa unidad empezaron a observarla y seguirla de cerca.
Mientras tanto, el TC Turbo siguió evolucionando, aunque en Abril no se hizo aquella fecha inicial pautada. La categoría solo hizo una carrera, el 18 de Mayo del 92, acompañando al TC en Buenos Aires. El entusiasmo ya había bajado lo suficiente como para que el proyecto naufrague, y en definitiva así sucedió. Queda para la historia la victoria de Juan Machado (ex TC2000), con una cupé Fuego, escoltado por Horacio Lepiane (Sierra) y Carlos Aranzana (VW Carat).Solo 5 autos...Cifra paupérrima y que no condijo con el “boom” inicial.
El resto es reciente y conocido: el TC se renovó, pero sin perder su esencia. Ese era el camino correcto. El que la transformó, a través de los años, en un orgullo nacional que combina pasado, presente y se atreve a desafiar el futuro cada año.


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