Instaurado desde hacía un año el Campeonato Argentino de Turismo Carretera, los Grandes Premios crecían en distancia y dificultad. En 1940, el GP del norte preveía 13 etapas que cumplimentaban 9445,54 km, recorriendo Buenos Aires, Córdoba, Tucumán, Catamarca y parte de Bolivia y Perú, retornando a Luján como punto de llegada. Angel Lo Valvo era el campeón vigente, y su principal retador se llamaba Juan Manuel Fangio. Defensor de Chevrolet, con destino de grandes hazañas.
92 esperanzas se dirimían el honor de vencer en tamaña carrera, aparte de los 400 pesos por etapa y 20000 que se acreditaría el triunfador de la final. El incentivo era grande, el desafío gigante. Hasta Cordoba punteó Julio Pérez, luego el balcarceño tomó el liderazgo y llegó a Tucumán al final de la fracción inicial con un promedio asombroso: 126 km/h. En la segunda etapa, Oscar Gálvez recurrió a toda su garra para quedarse con la punta, comenzando allí mismo el duelo Ford-Chevrolet que tantas pasiones despertó y despierta hoy día, a manos de los dos pilotos más importantes de la época.
En la tercera parte, Fangio arribó a Lima, Perú, con más de una hora de ventaja sobre Daniel Musso y casi dos en relación al “Aguilucho”, y ya más de la mitad de los inscriptos había desertado por problemas mecánicos o de neumáticos. Los hermanos Gálvez (Juan era copiloto de Oscar) sufireron un grave accidente del que salieron ilesos milagrosamente : su Ford cayó en un barranco de más de 100 metros de altura. Un cortocircuito en plena noche los dejó sin visión, perdiendo la noción del camino para caer al vacío. La recuperación de los capitalinos llevó varias semanas en un hospital peruano, ya que por su estado era imposible pensar en trasladarlos a Argentina
Fangio siguió acelerando a pesar de viajar cómodo en el liderazgo, imponiéndose en definitiva por primera vez en TC para darle a Chevrolet la primera alegría en la categoría. El ídolo había consumado su primer obra. 100000 personas lo recibían victorioso en Luján, y el TC ganaba importancia y prestigio gracias a esta carrera que recorrió todo un país y abrió las fronteras con el norte del continente. Posteriormente, Fangio culminó 8º en las Mil Millas y se proclamó campeón, luego de una carrera en la que Esteban Fernandino y su Ford fueron los mejores.
El oriundo de Balcarce mostró su talento en todo el territorio nacional y a través de más de 9000 kilómetros. Por eso fue que tal vez, cuando llevó su talento al viejo continente, no fue sorpresa para nadie. Sobre su Chevrolet, Fangio había recorrido la Argentina y dado acabadas muestras de lo que podía llegar a hacer tiempo después.
miércoles, 11 de marzo de 2009
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