miércoles, 11 de marzo de 2009
Pudo ser triunfo, fue hazaña
9 de Junio de 1973. Nueva edición de las ya por entonces clásicas 24 Horas de Le Mans. Los autos que se aprestan para iniciar la prueba son Gulf-Mirage, Lola, Matra, Chevron, Ferrari y Porsche. Entre las máquinas de gran porte, una Ferrari. No del modelo 312 PB, el Sport con el que la casa italiana apostaba a un triunfo con Carlos Reutemann como piloto. Una 356 GT Daytona, roja y amarilla, número 37. En sus puertas, los nombres de los dos pilotos top del momento en Argentina: Luis Di Palma, Néstor Jesús García Veiga. Una nueva patriada, como las de 1969 en la “Marathon de la Route” y 1970 en los “1000 Kilómetros” de SP, ambos en Nurburgring, estaba por concretarse.Francisco Mir, ingeniero argentino radicado en Estados Unidos, anotó su propia Ferrari Daytona en Le Mans. Invitó a los arrecifeños, y convocó a Oreste Berta para pulir la faz técnica. Los tres ya trabajaban juntos en la Fórmula 1 Mecánica Nacional, algo que sin dudas era positivo y acotaba caminos más allá de la dificultad y desconocimiento de la prueba y la pista. ¿Director deportivo? Phill Hill, campeón 1961 de la F1 y triple ganador de Le Mans...Mir apostaba fuerte, y no se equivocabaBerta rápidamente comenzó a dar toques mágicos...La 356 era indócil de cola, y Oreste sugirió colocar un spoiler en la parte inferior trasera. Los técnicos de la NART, designados por Ferrari USA para atender a esa máquina, dijeron que se necesitarían dos días para hacer la tarea...Berta dibujó el aditamento, lo construyó y colocó en dos horas...Además, le quitó la barra estabilizadora trasera...Los hombres de NART miraban y escuchaban atónitos, pero poco podían discutirle a ese hombre que les había mostrado que su pronóstico de tiempo estaba errado por 46 horas, nada menos. Di Palma bajó el tiempo con las reformas. Las otras dos Daytona inscriptas solo pudieron bajarlo en los últimos minutos de clasificación. NART se acercó a Phill Hill cuando el auto giraba, y le pidió que le pusiera freno a las locuras de los argentinos. Hill respondió sonriendo y mostrando la planilla de tiempos, donde el 4.17.1 era suficiente respuesta.A las 15 del mencionado día se puso en marcha la carrera. El auto de los argentinos partió tercero en la clase Gran Turismo, con Di Palma al volante. En el primer paso por la recta principal, Luis comandaba las acciones...García Veiga gritaba frenético en boxes, Hill sonreía, Mir se emocionaba, NART no entendía nada. Argentina lideraba en Le Mans. A sabiendas que la carrera era de larguísimo aliento, Di Palma aflojó el ritmo y se mantuvo en punta hasta que una falla en la bomba de nafta lo obligó a detenerse. Mir encontró el problema, pero el auto cayó al puesto 16 de su clase.El “Loco” y el “Nene” iniciaron una remontada impresionante, superaron autos y recuperaron varias posiciones, sin descuidar el motor y la caja de velocidades en pos de llegar al epílogo de la exigencia. El auto se colocó 4º y la faena ya era hazaña, pero el embrague traicionó a la legión nacional. En la curva Tetre Rouge, a dos kilómetros de boxes, la 356 comenzó a acusar el problema. Di Palma llegó como pudo a boxes y pretendió reparar, pero ya era tarde: a las 24 horas le quedaban poco tiempo.Domingo 10 de Junio. La nueva edición de Le Mans ya es historia. Y una nueva proeza de los argentinos se mete en la historia grande. Otra vez con la suerte esquiva, como en el 69 y 70. Otra vez dejando bien claro la calidad técnica y conductiva de un país que pocos identificaban en el mapa en los boxes de La Sarthe
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